jueves, 30 de diciembre de 2010

No te tapes la cara.

Puedo incluso llegar a comprender una mínima parte de la ideología nazi. Aquella en la que se pretende suprimir todo resquicio de sentimiento en la raza humana. Aunque no lo creas, nosotros lo hacemos. El por qué es muy simple; mostrar esos sentimientos nos hace vulnerables ante los demás, nos vuelve débiles y no queremos.
Cuando lloramos escondemos el rostro. Ponemos las manos delante de nuestra boca inconscientemente porque nuestro instinto sabe que algunos, tras ver eso, se podrán aprovechar. Conocen  aquello en lo que flaqueamos, nuestro talón de Aquiles.

Querer deshacernos de eso que nos hace débiles, nos convertiría en superhombres según  Nietzsche. Pero no, sería una auténtica barbaridad. Porque precisamente ESO es lo que nos convierte en hombres y no en bestias. El superhombre no existe, olvídate. Los nazis no tienen excusa.

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