lunes, 16 de mayo de 2011

call-me-darling.

Hace unos días escuché cosas que nunca imaginé oír. Cosas que me impresionaron y palabras que me posaron sobre una nube. Pero tan solo una frase consiguió hacer que me mordiese el labio para no llorar. Tan solo siete palabras me erizaron el vello y tan solo veintisiete letras me hicieron recordar otras siete que hacía un año había escuchado. 
Fue una palabra. Pero no fue una cualquiera; nunca me habían llamado así y nunca más volví a escucharla.
Fue aquella que me sacó una sonrisa y me provocó un escalofrío a las 12 de la noche de un lunes.
Ahora me acuerdo de ese momento y lo único que puedo decir de él es que lo siento lejano y cercano, extraño y precioso....


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